La paradoja del desarrollo personal: cuando la superación personal se convierte en una trampa

El desarrollo personal promete ayudarnos a convertirnos en la "mejor versión de nosotros mismos". Pero al intentar optimizarlo todo, puede llevarnos a aislado de los demás y nosotros atrapado en una búsqueda interminable de rendimiento. Por el contrario Estilo de vida mediterráneo y zonas azules nos recuerdan una simple verdad: la plenitud no se encuentra en la obsesión por uno mismo, sino en la comunidad, la moderación y la alegría de las pequeñas cosas.

El desarrollo personal es una forma estupenda de poner el pie en la puerta cuando buscas alcanzar nuevas metas o resolver ciertos problemas. Pero también es uno de los de nuestras sociedades actuales: el mandato de éxito y superación que transmite puede a veces se vuelven contra nosotrosy convertirse en un obstáculo para la realización personal.

Este artículo es una edición especial de Guía Bloonessla guía ideal de alimentación y estilo de vida para la humanidad. Llega en el momento justo, cuando la sección de Dieta mediterráneaUna guía completa de buenos hábitos alimentarios y reflejos de estilo de vida. Mediterráneoy, de forma más general Zonas azulesEstas son las regiones del mundo donde la esperanza de vida con buena salud bate récords.

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Dev personal, cada vez más personal

La tesis defendida en este artículo resulta paradójica en relación con la Guía Blooness, que pretende ser un compendio de todo lo que podría ayudarnos a poner todas las probabilidades a nuestro favor en términos de longevidad.

Pero he aquí la cuestión: uno de los componentes esenciales del estilo de vida mediterráneo, el que explica por qué los habitantes de ciertas islas griegas o de remotos pueblos de la Provenza o de Oriente Próximo viven tanto tiempo con buena salud, es precisamente éste pertenencia a una comunidad.

El problema es que al embarcarnos en nuevas prácticas que supuestamente nos ayudarán a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, podemos acabar convirtiéndonos... la peor versión de nosotros mismos para los demás.

De hecho, el desarrollo personal reúne prácticas destinadas a mejorar la propia vida -ya sea profesional o personal- y alcanzar una forma de autorrealización. Esto puede implicar una nueva dieta, un nuevo estilo de vida o nuevos hábitos. Todo ello es loable, porque el objetivo inicial es devolver la disciplina a un mar de desidia, distracciones y contradicciones.

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Pero la limitación es que estas prácticas a menudo necesitan egocéntricoen un una frenética carrera por la eficacia y el rendimiento que nunca se ve satisfecha. Lo que empieza como un deseo se convierte en un requerimiento. Y ahí es donde radica el problema.

El dictado del rendimiento

A fuerza de presentarse como una solución milagrosa, el desarrollo personal se está convirtiendo rápidamente en una norma implícita. Ya no se trata sólo de progresar, sino de progresar constantemente. Ser siempre más eficaz, más disciplinado, más productivo, más positivo... hasta perder todo el sentido.

Sin embargo, las poblaciones mediterráneas y las que viven en zonas azules no están tan obsesionadas. Viven sencillamenteSe trata de llevar un estilo de vida saludable, pero sin convertir tu vida en una hoja Excel de objetivos que marcar o pasos que dar.

Luna de miel y adicción al desarrollo personal

Es cierto que cuando se inicia una nueva práctica que funciona, puede llegar a ser estimulante y adictiva. Entras en una fase de euforia en la que todo parece posible. Te dices a ti mismo: esta vez he dado con la clave. Es lo que podríamos llamar la "luna de miel del desarrollo personal".

Este es el caso, por ejemplo, cuando empiezas una dieta bajo en carbohidratos Una vez que te has adaptado a las cetonas, tus niveles de energía están al máximo, tus hormonas vuelven a la acción, tu libido vuelve a subir y sientes una vitalidad desbordante que nada puede detener. Crees haber encontrado la gallina de los huevos de oro.

Salvo que el ser humano está hecho de tal manera que siempre acaba acostumbrándose a las cosas buenas, y ya no basta con sentirse realizado.

Cuando el entusiasmo se apaga, buscamos inmediatamente un nuevo método, un nuevo mentor, un nuevo ritual.

Por lo general, el instinto de supervivencia nos lleva a fijarnos nuevas metas para sentirnos realizados y encontrar un sentido, lo cual es bueno en sí mismo. Puede ser interesante ponerse a ello, pero sin convertirse en prisionero de esta dinámicaSi no lo hace, corre el riesgo de sentirse decepcionado una vez alcanzado su objetivo, puede ocurrir que vuelvas a sentir esa sensación de vacío.

Las nuevas metas son muy beneficiosas, pero también hay que contentarse con el camino para llegar a ellas (volveremos sobre esto más adelante) y con los placeres sencillos, recordando que la felicidad ya es la ausencia de desgracias.

Además, estos nuevos objetivos deben referirse a lo que queremos en el fondo de nuestro corazón (un determinismo al que también volveremos), y no ser impuesta por la doxa (las redes sociales, el dictado del rendimiento y el mandato de ser feliz).

Por eso es importante piensa en lo que quieres hacerY no seguir a los gurús, los influencers y las nuevas prácticas de moda impuestas por los libros y las redes sociales, que, como cualquier industria, son empresas con ánimo de lucro con el objetivo de vender un producto o servicio. Eso no es malo en sí mismo, pero hay que tenerlo en cuenta para mantenerse alerta y objetivo.

Sobreoptimización contraproducente VS contingencias premeditadas beneficiosas

Uno de los otros defectos del desarrollo personal es que puede hacernos a veces nos impiden vivir los mejores momentos de nuestras vidas, que a menudo son los más sencillos e inesperados.

Intentar planificar, racionalizar y optimizar todo puede llevar a ahogar la espontaneidad. Sin embargo, suele ser en lo inesperadoen el aparente desorden, surgen las mejores oportunidades Un encuentro inesperado, una comida improvisada, una larga velada.

Se trata de un tema que ya abordamos en la Guía Blooness y que puede aplicarse a diversos ámbitos. En economía, por ejemplo, la optimización nos permite conseguir economías de escala, pero el exceso de optimización nos expone a riesgos (falta de innovación y deslocalización de competencias, por citar algunos).

Si tomamos el concepto de antifragilidad (Nassim Nicholas Taleb), un sistema antifrágil se beneficia del estrés, la volatilidad y el desorden Se vuelve más fuerte cuando se expone a choques o incertidumbre. En alimentación, por ejemplo, ciertos compuestos vegetales, como los polifenoles, tienen un efecto similar cuando los consumen en pequeñas dosis personas con buena salud, estimulan los mecanismos de defensa del organismo, reforzando su resistencia.

Sin embargo, al optimizar nuestra agenda y querer estar siempre en el lugar adecuado en el momento oportuno, dejamos de estar disponibles para los pequeños placeres de la vida cotidiana, y a veces hasta nos perdemos el amor verdaderoA menudo se encuentra más en la panadería de la esquina que en una clase de yoga o en la última fiesta de moda.

En las culturas mediterráneas, lo inesperado no es un accidente: forma parte de la vida. Sabemos recibir a un invitado sorpresa, convertir una distracción en una fiesta y aceptar que no todo está bajo control.

Una de las canciones más bellas del mundo, Sad Eyed Lady of the Lowlands, se grabó en una sola toma a altas horas de la noche. Los músicos, que no sabían cuándo terminaría la canción, aumentaban regularmente la orquestación al final de cada verso, dando a toda la canción una sucesión de sentimientos tensos y momentos de calma, en frases alucinantes.

Sin ánimo de promocionar productos que puedan "piratear" la creatividad de ciertos artistas, es poco probable que esta canción hubiera visto la luz tal y como la conocemos hoy si Bob Dylan no hubiera estado en un estado relativamente... meditativo.

¿Es el higienismo 2.0 que infecta nuestras sociedades actuales propicio para tal nivel de creatividad y genialidad? ¿Son plenamente compatibles el ritmo circadiano de vida rigurosamente impuesto y las recomendaciones para mantener un estilo de vida impecable con los escurridizos momentos de felicidad, las fiestas con los amigos, el amor de verano y los raros momentos de genio creativo, ya sea artístico, empresarial o simplemente libre? Nada es menos cierto...

Cuando el exceso de optimización es perjudicial

Ducharse con agua fría, practicar deporte, meditar y llevar una dieta sana son prácticas beneficiosas desde el principio, que pueden llegar a ser perjudiciales cuando se abusa de ellas.

De hecho, hay varios problemas con estas prácticas cuando empiezan a dirigir el barco por nosotros, cuando deberían ser sólo nuestro timón:

  • Por un lado, requerimiento para llevar a cabo estas prácticasque puede hacer que el individuo se sienta culpable, y que hemos mencionado antes.
  • Siguiente, sobreoptimización que aleja al individuo de la procrastinación, los momentos de contemplación, los encuentros fortuitos y lo inesperadoTambién hemos hablado de ello en la sección anterior.
  • Y por último, este sobreoptimización también puede ser sencillamente contraproducente para alcanzar el objetivo inicial, porque el desgaste impide alcanzar el objetivo.

Este último punto se puede explicar de forma muy sencilla con un ejemplo: cuando se practica un deporte, a menos que se sea un profesional acompañado y se tengan las habilidades necesarias para ello, el sobreentrenamiento impide que el cuerpo se recupere y reduce el rendimiento.

Ocurre lo mismo con el ayuno, que es beneficioso, pero cuando se lleva demasiado lejos se convierte en contraproducente.

Por último, cuando te pasas con las duchas frías, las carreras de resistencia o el entrenamiento con pesas, no sólo acabas a veces solo, sino que también puedes alejarte de tu objetivo. Por no hablar de la neurosis que puede provocar este tipo de disciplina solitaria cuando se practica en exceso: acaba haciéndonos actuar más como robots, obsesionados con la persecución de un objetivo puramente egocéntrico, que como humanos, que en última instancia siguen siendo animales sociales.

No confunda intensidad con rigidez

Seamos claros: el éxito requiere intensidad, regularidad y una forma de determinismo (para qué estamos hechos inicialmente y en qué destacamos). Nada se consigue sin esfuerzo. Pero intensidad no significa rigidez. La disciplina debe estar al servicio del objetivo que nos impulsa, y no al revés. Aunque, hasta cierto punto, tengamos que reconocer que la disciplina tiene que convertirse en un hábito para que funcione a largo plazo.

Pero como en la mayoría de los casos, en cuanto una práctica se vuelve estajanovista, pierde su alma y su esencia.

Al final, la excesiva rigidez convierte el esfuerzo en una prisiónY los rituales que nos imponemos de forma estricta y sin paliativos se convierten en las cadenas que intentábamos desatar. Y como en la música, los matices, los cambios de ritmo y las libertades tomadas con el tempo, son los relieves de la existenciaSon los cambios sutiles que transforman una rutina diaria en un paisaje habitado lleno de vida. Por eso es tan importante adoptar un enfoque mesurado de la disciplina autoimpuesta, que puede convertirse en una fuerza motriz en lugar de una razón para vivir.

No confundir recursos con objetivos

Uno de los momentos en los que el desarrollo personal se vuelve contraproducente, es cuando la disciplina se convierte en el objetivo, en lugar de la herramienta para alcanzar un objetivo. Que nos impone cosas que hacer, en lugar de ayudarnos a hacer cosas.

Si, cuando te proponen un momento social con amigos, prefieres sistemáticamente hacer una sesión de deporte, no porque realmente te apetezca -aunque incluso en ese caso, es discutible-, sino porque no te apetece. sino porque la disciplina te obliga a hacer esta sesiónAunque no sea tu trabajo y no tengas que preparar oposiciones, quizá sea el momento de plantearte la siguiente pregunta el desarrollo personal no se ha convertido en una prisión para ti.

Se trata de trabajar en uno mismo (quizá con una dosis de desarrollo personal, de hecho) para poder hacer las cosas. sin tener que imponértelas a ti mismo porque está escrito en alguna parte o lo recomienda un gurú, sobre todo porque es difícil mantenerse a largo plazo basándose únicamente en esta motivación.

La desviación como paso necesario

El otro punto un tanto tabú es que, contrariamente a lo que nos impone el desarrollo personal, los periodos de desviación -estos alejamientos controlados- son a veces necesarios, por no decir saludables, para nuestra salud psicológica.

Estas fases de la vida en las que experimentamos, en las que viajamos, en las que vivimos historias efímeras, ya sean románticas, amistosas o profesionales, tienen un valor formativo inestimable. Nos exponen a lo inesperado, a la decepción, al fracaso a veces, pero también a alegrías inesperadas. Nos forjan, afinan nuestros gustos, nos revelan lo que realmente nos gusta y lo que ya no queremos.

Nos convierten en diamantes tallados, mentes agudas, ricas en experiencia. Sin estas desviaciones, seguiríamos siendo toscos, encerrados en una visión demasiado estrecha de lo que debe ser la "mejor versión de nosotros mismos".

Pero las versiones más rígidas del desarrollo personal tienden a borrar estos momentos. Dicta normas, impone rutinas y prohíbe las "desviaciones". Como si todo lo que no encajara en un meticuloso plan de vida tuviera que considerarse una pérdida de tiempo, o incluso una falta. Esto es olvidar que el caos, lo inesperado y los pasos laterales son a menudo los catalizadores más poderosos de nuestra evolución interior.

El camino es la felicidad, y la felicidad no es un objetivo tangible

Ésta es quizá la mayor trampa del desarrollo personal: creer que la felicidad es un destino. Sin embargo, todas las tradiciones de sabiduría, incluidas las de las Zonas Azules, nos recuerdan que la felicidad no es el objetivo final, sino el camino hacia él. Se experimenta en la vida cotidiana, en las pequeñas cosas, en la calidad de las relaciones, en el equilibrio, siempre que la desgracia esté a distancia.

Conclusión: poner agua en el vino

En el fondo, el secreto está ahí: poner agua en el vino... y a veces, disfrutar de una buena copa de vino en buena compañía. La moderación, la convivencia, el simple placer: esto es lo que marca la diferencia entre una vida demasiado optimizada y una verdaderamente plena.

Y mientras tanto, si quieres espolvorear algunas buenas prácticas alimentarias y de estilo de vida en tu vida más o menos plena, todo en buena inteligencia, todo lo que tienes que hacer es Buscar artículos en la Guía Bloonessque podrían ayudarle a poner todas las posibilidades de su lado para vivir el mayor tiempo posible con buena saludno porque sea un fin en sí mismo, sino porque es una manera disfruta de tus seres queridos, y sé creativo, entusiasta, curioso y eficaz en tus proyectos ¡durante el mayor tiempo posible!

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Volumen 3: la dieta ceto-mediterránea

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