Al favorecer los acompañamientos de hidratos de carbono fibrosos, reducimos el riesgo de resistencia a la insulina a largo plazo y, por tanto, de problemas de salud.
4 cafés al día = ½ cucharadita de sal perdida en la orina. 1 hora de deporte = ½ cucharadita de sal perdida. En este caso, necesitaría 1 cucharadita llena de sal sólo para recuperar la sal perdida.